En la actualidad la Depresión es una de las mayores dificultades con las que se encuentran las personas. Se calcula que para el año 2020, según la OMS, la depresión será la primera causa de inactividad laboral y la segunda enfermedad más frecuente en el mundo. En nuestro país cada año hay más de 4.000.000 de personas que padecen estados depresivos. Hay que tener en cuenta que vivimos en una época donde nuestro modo de vida actual es tan despersonalizado, tan competitivo, tan desarraigado, que resulta un medio muy apropiado para este tipo de estados como la depresión.
La depresión es un sentimiento de tristeza, melancolía, de sentimientos infelices, como hundirse en un pozo. Es un trastorno afectivo que varía desde: bajas transitorias del estado de ánimo que son características de la vida misma, hasta el síndrome clínico, de gravedad y duración muy importante, con signos y síntomas asociados marcadamente distintos a la normalidad. Proviene cuando el enojo queda en nuestro interior trasformándose en odio, logrando despojar a la vida de todo sentido. El entorno de esta patología es una combinación del sentimiento depresivo, a veces la ausencia de personas, el vacío interior, la autoestima limitada y el contraste con un mundo que rodea al paciente. Asimismo, en la depresión la energía parece volverse contra el yo. Cada sentimiento de enojo es vivido como prueba de su poca valía y el yo retrocede sin una respuesta que ayude a desahogar el enojo hacia afuera.
La depresión se diferencia de la tristeza, siendo éste un sentimiento de vacío que sigue luego de una pérdida o de una herida. Por lo general, tenemos una respuesta a este estado de tristeza, de ahí que luego desaparece. Ahora bien, cuando un individuo lleva mucho tiempo triste pierde el sentido de qué fue lo que lo llevó a sentir ese sentimiento, siendo el resultado la depresión. En este sentido, para comprender los distintos tipos depresivos hay que ver cuáles son los verdaderos sentimientos que nos llevaron a ella. Por ejemplo, si hay una pérdida y luego aparece la depresión, una vez reparada ésta, se puede aliviar la sensación. Así, las personas con depresión severas tienen un sentimiento de culpa implícito, el cual es necesario redirigirlo hacia afuera, aumentando la energía que necesita el paciente. Todos tenemos sentimiento de tristeza y la mayoría de las veces nos hemos deprimidos en uno u otro momento de nuestras vidas. Sentirse deprimido es sentirse sin vida, inhibido, mientras nuestras funciones corporales se vuelven lentas. Los pacientes de esta enfermedad suelen sufrir estreñimiento y trastornos en el sueño. Se sienten inquietos aún cuando duermen y el sueño no logra ser reparador. Estos sentimientos de depresión además suelen interferir en la capacidad de trabajar y de vivir. Es sumamente necesario que la persona afectada obtenga ayuda.
Empero, no todos los pacientes experimentan la depresión de la misma manera, los síntomas varían según las personas. La depresión entonces puede ser calificada como leve, moderada o grave, dependiendo de la cantidad y gravedad de sus síntomas.
Si cree tener algunos de los siguientes síntomas, realice una consulta:
- Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío", en forma persistente.
- Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
- Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
- Pérdida del interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo la actividad sexual.
- Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta."
- Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
- Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
- Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso.
- Pensamientos de muerte o suicidio, incluso intentos de suicidio.
- Inquietud, irritabilidad.
- Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
De ser atormentado por algunos de estos síntomas no dude en buscar ayuda y consultarnos.
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